Las dificultades y el gusto
Hoy en día la sociedad espera mucho
de los maestros, algunos padres de familia que eduquemos, cuidemos y formemos a
sus hijos, las empresas que preparemos empleados responsables y comprometidos
con el rendimiento acorde a sus intereses, así que es grande la responsabilidad
que tenemos en cada salón de clase y se complica más cuando nuestros alumnos no
tienen el apoyo, la atención, recursos económicos y afectivos en casa para
lograr los objetivos académicos.
Otra dificulta cuando no contamos en
la escuela con las herramientas necesarias para cumplir con los estilos de
aprendizaje de nuestros alumnos o necesidades de infraestructura así como el
contexto hostil donde se ubica la escuela.
La reflexión entonces es, por qué
nos gusta nuestra actividad profesional, la respuesta podría ser, porque no nos
gusta lo rutinario o lo más importante que nuestra forma de actuar y
desenvolvernos con nuestros alumnos nos permite desarrollar procesos de enseñanza,
que favorecen en ellos un proceso de aprendizaje significativo, práctico y
funcional para su vida cotidiana. Es decir, que desarrollen competencias para
la vida
Creo que es momento de resignificar
la práctica docente, de identificar nuestras áreas de oportunidad y para ello la
reflexión sobre mi desempeño es una estrategia para analizar y comprender
situaciones en las cuales puedo contribuir e intervenir de manera oportuna, buscar soluciones y mejorar la enseñanza. No dejar
de actualizarme y estar dispuesta a escuchar y aprender de los demás, la
actitud es indispensable para la transformación.
"Dime y lo olvido,
enséñame y lo recuerdo,
involúcrame y lo aprendo".
Benjamín Franklin
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